Vehementes en nuestra campaña de difundir la música necesaria, hace unos meses posteamos Raw Power, disco de Iggy y los Stooges que todo el mundo debería oir por un tema ni siquiera de cultura general, si no más bien de ética e indecencia humana. Raw Power te hace romper botellas y tirar en el piso. Raw Power es lo que hay detrás de tu existencia. Purito poder.
Pues bien, este servicio a nuestra comunidad fue cuestionado por un anónimo miembro de la RIAA (Recording Industry Association of America), quien nos instó a remover el post bajo amenaza de remover el blog. Apostaría un ron a que aquel amenazador fantoche no sólo no tiene ni idea de qué cosa es Raw Power, sino que probablemente tenga la sala de casa llena de discos de mierda insípida como Celine Dion (para cuando levanta tracas) o The Killers (para sentirse joven y relevante).
Felizmente, Kill City, suerte de secuela de Raw Power en tanto es una colaboración entre los dos cerebros detrás de aquella magnum opus, fue editado por el legendario sello Bomp!, quienes llevan ya 3 décadas sin otro norte que no sea el amor hacia la música, por lo que no sólamente están fuera del referido dinosaurio con siglas, sino que no se caracterizan por bloquear la difusión de sus lanzamientos. Ellos existen para ser escuchados y queridos, no para ser secuestrados por ejecutivos en el nombre de SU ganancia personal.
Bájalo, apréndelo, úsalo como segunda opción para tu resaca o la coda de tu juergón (es un disco de 6 AM), métele el dedo a la industria cuyo actuar hará que acompañe al dodo y al diplodocus muy pronto. Y a ver si te haces una, pirañón.
Más allá de la ley!
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