"No debí haber secado ese último vaso"
Esa es la última cosa que recuerdas haber pensado antes de perder la conciencia. Pero lo peor de todo es que no la perdiste, simplemente le cediste la toma de decisiones a tu cerebro primitivo, el que solo busca fornicar y romper cosas a diestra y siniestra.
Measte en macetas, balbuceaste piropos, agarraste culos, babeaste el mantel, robaste cubiertos, escupiste espejos, perdiste tus llaves, tumbaste adornos, comiste con las manos, prendiste cigarros al revés, mensajeaste a todas las suripantas en tu agenda y acabaste durmiendo encima de una mesa.
Fue el mejor matrimonio de la vida. Tus viejos no te hablan y tu prima te borró de sus contactos.
Nunca entenderán que farrear es un arte.
sin carti no hay parti
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