Diario de un decadente
Yo era un joven amante del Metal y mi meta máxima era salir del colegio y dejar que mi pelo crezca, pero resulta que para salir del colegio, había que estudiar. El día que repetí de año pensé que desaparecer de casa durante unos días sería la mejor solución, pero no sabía que un buen pirata siempre esconde sus tesoros antes de huir.
Al regresar a casa con el rabo entre las piernas, tuve que escuchar el sermón de ley pero lo que realmente me dolió que mi colección de cassettes y revistas se habían ido por el ducto de basura. Sí, fui a sumergirme entre los deshechos conjuntos de 30 departamentos, pero era muy tarde ya: botellas vacías y cáscaras de plátano.
Unos cuantos días después encontré bajo mi cama el único sobreviviente. El Thrash Zone se convirtió en mi amigo, mi confidente. El único disco de todo ese verano en el que no pude salir de casa.
Encerrado 3 meses con un cassette de Thrash Metal. ¿Entienden?